28 diciembre, 2006

Cualquier víctima de ETA debería tener una fundación, de hecho cualquier víctima del terrorismo venga de donde venga merecería perdurar en nuestro recuerdo eternamente para no olvidar las ridículas razones que llevaron a algunos a matar impunemente a personas inocentes. Supongo que la fundación Gregorio Ordoñez persigue ese fin, que no caiga en el olvido su persona ni el maldito final que que eligieron para el sus asesinos.
Estampo por tanto mi firma en el libro de los que no quieren olvidar hoy ni a Gregorio ni a sus ideas, pero no por ello dejan de asquearme los titulares con los que Libertad Digital trata de culpabilizarnos a todos.


Ante la falta de apoyo de los Gobiernos central y vasco –el cual subvenciona a las familias de etarras para que visiten a los terroristas encarcelados-, la Fundación Gregorio Ordóñez se ha visto obligada a emprender una campaña por un mensaje de móvil para financiarse


Yo me pregunto que tiene que ver el gobierno de turno con la fundación en cuestión y que tienen que ver las familias de los etarras en este entierro. También me pregunto si usar a las victimas como portada de los diarios anti-gobierno es ético cuando de lo que se trata es de no dejar caminar a la paz posible. También me pregunto si el hecho de que una asociación con el fin que sea tenga que buscar su mantenimiento entre sus socios o amigos es algo de lo que se pueda acusar a un gobierno.

Podéis seguir en leyendo en Ejemplos Liberales.

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